Violencia Estudiantil

Muy buen tema ya que nos muestra algunas cosas que vemos cotidianamente

Violencia estudiantil

La violencia estudiantil actual es una grave premonición de la sociedad del futuro, ya que involucra a los jóvenes, padres-adultos del mañana. Por ello es necesario redoblar esfuerzos, sobre todo en el plano educativo formal e informal y dotarse de las mismas armas de las que se valen los intereses y agentes inductores de conductas de anomia social, para transmitir mensajes constructivos a la juventud. No es tarea de un gobierno sino de toda la sociedad, y a mediano plazo.


Lugares a los que frecuentan la violencia en los estudiantes

Los lugares escogidos por estos jóvenes para cometer sus actos de agresión son las paradas de autobús, donde al encontrarse unos con otros y ante cualquier provocación, ocurren los enfrentamientos. También se han reportado casos de robos y actos inmorales contra las personas que se encuentran en los lugares donde están estas pandillas. Otro hecho que se esta viendo con frecuencia es la llamada “magia negra”. Así, se practican rituales aberrantes con animales, drogas y actos de homosexualidad y auto agresión.


Causas u origen de la Violencia Estudiantil

Si observamos la procedencia y los perfiles familiares de estos jóvenes, vemos muchas coincidencias: bajos ingresos, desintegración de hogares, violencia entre padres en presencia de los hijos, dobles mensajes, promiscuidad e irresponsabilidad materna y/o paterna, abandono afectivo, consumo de alcohol y drogas, baja escolaridad de los padres y abuso infantil en diversas modalidades. Es la familia donde se dan los aprendizajes de modelos de conductas de socialización y se establecen las pautas psicológicas y morales del futuro adulto, por lo que es allí donde se debería emprender las medidas de terapia social para conjurar este grave asunto.
No podemos obviar tampoco que en las clases media y alta hay indicios también de una creciente ola de actos de agresión y conductas antisociales. Quizás estos casos sean encubiertos ante los medios de comunicación y se produzcan en menor proporción; pero sé como psiquiatra de profesión, de algunos casos de consumo de drogas psicoactivas, irrespeto y agresión en estado de embriaguez en esta población estudiantil de escuelas privadas. Incluso se producen actos de prostitución, tanto femenina como masculina. Igual fenómeno se está produciendo en universitarios de diferentes centros de estudios.
Es el consumismo desenfrenado amoral y condicionado por excelentes medios de penetración psicológica como los videos, computadoras, TV, publicidad invasiva, etc., lo que trastoca la ubicación existencial de quien sin criterio recibe estos mensajes persistentemente. La sociedad empuja al joven a conseguir cosas materiales como dinero, autos, fama y poder de atracción (sexual o no) a como dé lugar, creando en el impúber un deseo insatisfecho que se permite liberar y expresar de cualquier forma al sentir la frustración de colmar una necesidad creada artificialmente. Cada vez más se induce a la independencia y “adultización” de los jóvenes y niños.
La ruptura de los ejes tradicionales de la vida socioeconómica y cultural que le daban sustento a los paradigmas de comportamiento e interacción psicosocial entre individuos y grupos a todo nivel, ha traído desde fines de los años 80, una situación generalizada de inestabilidad que no termina de tocar fondo. Los modelos del político corrupto al que no le caen la justicia y se dan el lujo de denunciar lo que nunca han practicado, son un factor crucial de descomposición social y moral.

Consecuencias de la Violencia Estudiantil

El Estado ya ha dejado de ser agente de apoyo omnipotente y de referente primario de los ciudadanos; sobre todo en países con tradición de autoritarismo e imposiciones caudillistas que brindaban una sensación de orden y seguridad, y que por vía de entes gubernamentales obtenían tutela de casi todas sus necesidades básicas.
Este clima de inseguridad económica, social, institucional y de crisis de valores con desactualización educativa cada vez más acusada en nuestra juventud, junto a una cultura que inculca el narcisismo e individualismo egoísta, trae como consecuencia lo que los sociólogos llaman anomia; es decir, un estado de incertidumbre o incredulidad en cuanto a la utilidad de seguir o acatar las normas y autoridades vigentes por razón de incertidumbre o incredulidad.
Esto implica un cuestionamiento acerca de su legitimidad y validez, aunque se trate de un proceso inconsciente en la mayoría de las personas. Todo se hace válido y lo único seguro es que nada tiene valor absoluto. Los medios de comunicación han ayudado a ampliar este sentimiento generalizado, al divulgar e individualizar la información respecto a lo que sucede en la sociedad.
El individuo de hoy sin una sólida formación intelectual y moral, sucumbe a la superficialidad de una sociedad mercantilista que induce conductas y actitudes instrumentales en la persona. Se trata de la búsqueda de utilidad inmediata de un fin egoísta. Tenemos así que el propio sujeto se “cosifica” a sí mismo y a los demás, relajando el valor de ideales espirituales como la vida. La riqueza fácil por tráfico de drogas y lavado de dinero ha reforzado aún más esta tendencia.
Las autoridades educativas se han visto mermadas y rebasadas a lo largo de los últimos años por el creciente auge de la violencia estudiantil, y sus recursos no dan más. En realidad, se trata de un problema de la sociedad y la familia que, a su vez, se proyecta en las escuelas. Por tanto, no solo son el Ministerio del Poder Popular para la Educación y las mismas Familias son los responsables de hacerle frente al fenómeno; las soluciones tienen que venir de distintas instancias, en un concierto de acciones que básicamente deben realizar un diagnóstico psicosocial (perfiles y factores de riesgo), en base al cual tomar medidas multidisciplinarias (gobierno, sociedad civil, estudiantes, iglesia y otros agentes sociales involucrados).

Posibles soluciones ante el problema

La manera adecuada de resolverla es creando un acuerdo entre las instituciones, en la cual establezcan ciertas condiciones en las cuales estén de acuerdo. Tomando medidas preventivas y de seguridad ante toda circunstancia que sea con respecto a la Violencia Estudiantil. Promover los valores tanto en la institución como en la comunidad, casa y entre los mismos estudiantes.

Realizando una discusión o un debate entre los estudiantes para ver cual es el problema que confrontan en sus instituciones o en sus hogares, para realizar estadísticas por la cual se origina el problema y darle rápidas soluciones. También creando un sistema de educación entre los mismos estudiantes y el estado, para su mejor enseñanza y aprendizaje. Dando modificaciones a algunos artículos en la LOPNA que favorecen demasiado a los estudiantes ante los profesores, entidades de seguridad, padres, entre otros.



Atte: Lisander Gonzalez [MOD]